La Etimología es una ciencia que estudia el verdadero significado de las palabras a través del análisis de su estructura,
su origen y las transformaciones que sufrieron a través del tiempo. El término proviene de etymos (verdadero) y logos (palabra, ciencia o tratado). Ya que el español es una lengua romance, es decir su origen se rastrea al latín vulgar, sus principales fuentes son el latín y el griego. A pesar de que hace tiempo esta materia era obligatoria en nivel bachillerato, poco a poco ha desaparecido de los centros escolares. Sin embargo, su estudio ofrece múltiples ventajas.
Estudiar etimologías grecolatinas permite hablar y escribir con propiedad y corrección. Nunca está de más la cantidad de vocabulario que se gana al viajar a los orígenes de las palabras y además se tiene acceso a una ortografía razonada en la que más que memorizar las cosas, se piensan y resultan más efectivas. Por ejemplo, en dicha materia se razona el uso de diversos prefijos y sufijos y se aprende a distinguir palabras y morfemas similares. Esto no es todo, las etimologías también nos permiten identificar qué idiomas son más afines al propio e incluso ayudan en su aprendizaje al aprender sobre su estructura y vocabulario con las mismas raíces que el español.
Sin embargo, la que considero la ventaja más práctica y difundida es que permite acercarse a los tecnicismos propios de los diversos campos del conocimiento humano. Desde antes incluso de que los estudiantes elijan un camino en las ciencias y las humanidades, ya están familiarizados con una serie de palabras y morfemas que les serán de mucha utilidad en el futuro.
En resumen, el estudio de las etimologías grecolatinas no solo es una herramienta útil para comprender la evolución y la estructura del lenguaje, sino que también es esencial para el desarrollo académico y profesional de nuestros estudiantes. ¡Defendamos las humanidades en un mundo cada vez más mecanizado!